La Asociación Mundial de Boxeo (AMB) lamenta profundamente el fallecimiento del ex promotor y empresario venezolano, Ramiro Machado, uno de los personajes más importantes de boxeo en los años 70, 80 y 90. Machado falleció en Maracay, estado Aragua, a la edad de 88 años después de tener una vida de dedicación e influencia en el pugilismo.
Uno de los primeros contactos de Machado con el boxeo se efectuó gracias a los reconocidos periodistas venezolanos Delio Amado León y Carlos González a mediados de la década de los 60. Con la creación de la empresa Gondel, ambos comunicadores decidieron conseguir la asesoría de Machado para la organización de carteleras y eventos.
Gracias a los contactos creados y los primeros boxeadores manejados (entre ellos Pedro Gómez), Machado empezó a ganar espacios en el deporte. Ya a finales de los 60 e inicios de los 70, hizo del Nuevo Circo su casa a través de su empresa Ramacor y montó grandes carteleras que contagiaron a los caraqueños de boxeo, lo que representó una era dorada para el pugilismo en Venezuela.
La situación y la coyuntura sacaron la mejor parte de Machado. Un hombre muy hábil que siempre supo cómo moverse; por esa razón, se desplazó a México junto con su grupo de peleadores. Tanto en tierras Aztecas como en otros territorios, sus boxeadores consiguieron grandes actuaciones que lanzaron a Machado hasta lo más alto del boxeo internacional. Destacan el nocaut de José Luis García al hasta entonces invicto peso pesado Ken Norton en California en 1970 y, por supuesto, la victoria como visitante de Antonio Gómez contra el japonés Zhoso Saijo, en 1971.
Pero uno de los capítulos más importantes de la vida de Machado fue el de Kid Pambelé. Antonio Cervantes siempre estará ligado al promotor nativo de Maracaibo, ya que el colombiano fue uno de los peleadores más mediáticos y de mayor calidad bajo su manejo. Un diamante en bruto como Pambelé se benefició de la visión de Machado, quien rápidamente lo colocó en las manos del entrenador Melquiades “Tabaquito” Sanz, quien sacó lo mejor de la leyenda de Colombia y Latinoamérica.
Quienes conocieron a Machado, cuentan que con su habilidad y visión también supo aprovechar las oportunidades que le brindó el presidente emérito de la AMB, Gilberto Mendoza. El marabino aprendió mucho de Mendoza y no desperdició ninguna oportunidad para, entre otras cosas, llevar a lo más alto a Leo “Torito” Gámez, único venezolano con títulos en cuatro categorías. Su gesta se llevó a cabo entre la década de los 90 e inicios del nuevo milenio.
El boxeo venezolano y latino debe mucho a Ramiro Machado, un hombre de boxeo cuyo legado jamás será olvidado. Descansa en paz, amigo.
