Un pedazo de la historia del boxeo puertorriqueño y mundial partió con el fallecimiento del legendario entrenador boricua Manny Siaca. Medios de la isla informaron este martes 12 de septiembre sobre el fallecimiento del histórico mentor a los 74 años de edad, a causa de un paro respiratorio, según reportaron varias fuentes. La Asociación Mundial de Boxeo (AMB) lamenta tan sensible pérdida para el deporte.
Siaca fue un veterano de guerra que sirvió en Vietnam y durante su pasantía por la marina fungió como boxeador con una destacada campaña en ese nivel. Eso fue sólo el inicio de su formación, la cual lo llevaría a convertirse en un entrenador de talla mundial, que tuvo en su cuadra a muchos campeones mundiales.
La AMB recuerda con mucho cariño a Siaca, quien fue un gran amigo del Presidente Emérito Gilberto Mendoza y también formó lazos estrechos con el actual mandamás, Gilberto Jesús Mendoza y Alfredo Mendoza, hijo y nieto, respectivamente. Siaca se ganó la confianza de Mendoza y en cada evento o convención lo acompañaba a donde fuera, mientras servía como confidente y canal de comunicación entre Mendoza y otras grandes personalidades.
El puertorriqueño se destacó por la disciplina que imprimía en sus pupilos y el respeto que logró obtener en el ámbito mundial gracias a sus logros. Entre los boxeadores que llegaron a conseguir la faja mundial de la mano de Siaca, se cuenta a Wilfredo Vásquez, Edwin el “Chapo” Rosario, Félix Pagán Pintor, Juan Nazario y su propio hijo, Manny Siaca JR. quien se coronó con la Asociación Mundial de Boxeo en las 168 libras.
El oriundo de Toa Baja había sufrido un infarto hace un par de años y venía atravesando problemas de salud desde hace algunos días. El alcalde de la ciudad, Bernardo Márquez, destacó el aporte de Siaca para el boxeo de su país, en una demostración de la relevancia del entrenador en la isla.
La AMB lamenta la partida de Siaca y agradece su entrega al boxeo. Llegó el momento de encontrarse con su gran amigo Gilberto y unirse una vez más como en los viejos tiempos. Descansa en paz, amigo.