El Madison Square Garden ha sido escenario de míticas batallas y una de ellas fue hace 30 años, cuando el 15 de septiembre de 1983 el peruano Orlando Romero y el estadounidense Ray Boom Boom Mancini peleaban por el título mundial del peso ligero de la Asociación Mundial de Boxeo.
Eran dos jovencitos, de 23 y 22 años respectivamente. Mancini defendía su corona que le había ganado a Arturo Frías el 8 de mayo de 1982. Romero, el retador invicto, peleaba por primera vez fuera del Perú.
Esa noche de septiembre, Mancini hacía su cuarta pelea de defensa y el Madison Square Garden estaba lleno con más de 25 mil espectadores quienes admiraban como Romerito complicaba a Mancini esquivando sus golpes y buscando los errores para aprovechar su defensa, la distancia y tener un ataque despiadado.
Por momentos Mancini no parecía superar el vendaval que lo acosaba, el peruano parecía destinado a llevarse el combate y el título.
La mano izquierda de Romero puso en problemas al campeón en varios pasajes del pleito, pero no dejaba de luchar y no se rendía. Mancini asimilaba el castigo, y seguía, pero Romero insistía.
Sin embargo, todo acababa al minuto con 56 segundos del noveno round, cuando en un intercambio Mancini conectaba una izquierda a la quijada de Romero y éste se iba a la lona.
Mancini retenía su corona de campeón de los ligeros y Romero veía como se esfumaba su sueño ante el conteo del referee Tony Pérez.