En 1975, a las 10:45 am inició la tercera y última pelea entre Muhammad Ali y Joe Frazier, en Filipinas. Bajo el nombre The Thrilla in Manila, el Coliseo Araneta fue el escenario de la disputa de los títulos mundiales de los pesos pesados AMB – CMB.
A unos 40°C de temperatura, ambos peleadores se fajaron en una verdadera batalla, cerrada que comenzó con Frazier muy lento, tal como era su costumbre, y un Ali que arropaba tratando de quedarse con los primeros tramos.
Para el cuarto episodio, ya las cosas comenzaban a cambiar y era Frazier quien daba señales de despertar y comenzar a imponer respeto ante un Ali que mostraba rasgos de cansancio.
Frazier era otro boxeador en el sexto asalto, controlando el combate y en el siguiente round, Ali comenzó a jugar con su mente y dijo a su rival: “Joe, me dijeron que estás agotado” y el boxeador le respondió “Te dijeron mal, chico lindo”.
Era cierto, Frazier siguió siendo el dueño de la mitad de la pelea, con Ali intentando mantenerse cerca en las tarjetas, y todos pensaban que sería una derrota segura para él.
Sin embargo, en el décimo, Frazier comenzó a verse cansado y Ali tuvo su oportunidad de atacar, además de poder hacer gala de su velocidad lo que hizo hasta el momento del round 13, cuando de un derechazo consiguió sacarle el protector a Frazier, y dejándole la mandíbula muy maltratada para final del acto.
A mitad del round 14, el entrenador Eddie Futch detuvo la pelea evitando mayor castigo a Frazier, quien decía “Lo quiero jefe”, a lo que el técnico respondió “Terminó, nadie olvidará lo que hiciste aquí hoy”.
La parte más curiosa del histórico final, es que Ali le había pedido a su entrenador, Angelo Dundee, que cortara sus guantes porque abandonaría la pelea. “Frazier se retiró justo antes que yo, no creía que pudiera pelear más”.