En la preparación mental y en la autorregulación del comportamiento de cualquier atleta la motivación es uno de los elementos clave. Esto se debe a que la motivación orienta y dirige al deportista a la asunción de actitudes cónsonas a la consecución y logro de metas.
Claro está que, no solo por tener actitudes positivas, saludables y competitivas el deportista lo tiene todo, pues igualmente requiere establecerse objetivos y diseñar un plan con el que pueda aterrizar su ambición de logro.
Así que teniendo un plan y un alto nivel de compromiso y responsabilidad, la motivación le dará al deportista un boost a su actuación deportiva, tanto en los entrenamientos como en la competición, y le ayudará a otorgar significado a su esfuerzo, habilidades, capacidades físicas, emociones, pensamiento y experiencia.
En este punto es necesario destacar que, los motivos que llevan a un deportista a iniciar, mantenerse y buscar destacarse en una disciplina deportiva dependerá de tanto él mismo, como de la disciplina deportiva que haya escogido.
Ahora bien, considerando al entorno boxístico como aquél que está destinado al logro de objetivos por medio de la competencia, y, tomando como referencia las principales teorías de motivación al logro, se pueden destacar como componentes principales de la motivación en el boxeo los siguientes:
Factores de personalidad, donde se encuentra la razón del esfuerzo del boxeador, sea esta por la búsqueda del logro o la evitación de la vergüenza por la derrota; y Factores situacionales, probabilidad de éxito en el combate y el valor de cada tarea como incentivo para sí mismo, ambos factores pertenecen a la Teoría de motivación al logro de Atkinson y McClelland.
Atribución del resultado, la explicación que tendrá el boxeador acerca de su comportamiento y resultados positivos o negativos, la atribuirá a factores internos (rasgos de personalidad, sistema de creencias, patrones de pensamiento y regulación de emociones), como a factores externos (suerte, otras personas, etc.), este componente pertenece a la Teoría de la atribución de Heider.
Autopercepción de eficacia, la cual puede ser una impresión positiva o negativa que tiene el boxeador acerca de su desempeño, este componente está descrito en la Teoría de la autoeficacia de Bandura.
Expectativas de desempeño, es decir, la apreciación de logro o de fracaso que tiene el boxeador acerca de su capacidad deportiva y desempeño boxístico, este componente es la base de la Teoría de las expectativas de Vroom.
Cuando el boxeador conoce los motivos de su esfuerzo, comprende que debe tener comportamientos autorregulados, conoce el valor que tiene su esfuerzo y la probabilidad de éxito, y entiende que los resultados dependen netamente de factores atribuibles a él mismo; entonces, podrá tener una percepción positiva sobre sus capacidades y desempeño, por lo que la apreciación de su presentación estará encaminada al logro.
El conocimiento de estos componentes permite una preparación mental de calidad de cara al perfeccionamiento técnico y táctico del boxeador, así como a la asimilación de las exigencias para un desempeño de excelencia en cada pelea.
Para terminar, vale la pena tener en cuenta que, así como la motivación es importante en la preparación mental, el autoconocimiento del boxeador es fundamental en su búsqueda del éxito, pero eso se abordará en el siguiente artículo.