Daniel Jacobs ha tenido que vencer al peor rival para estar en el sitio donde se encuentra hoy en día, pero ese contrincante no estuvo sobre el ring para una pelea de boxeo. En 2011, después de ser reconocido como uno de los prospectos más importantes del boxeo por importantes cadenas deportivas, el nativo de Nueva York fue diagnosticado con un cáncer que afectaba a sus huesos.
No era su carrera lo único que estaba en riesgo, sino las dudas acerca de su vida. Un tratamiento extenso y duro fue afrontado por el guerrero y Jacobs no sólo se salvó, sino que pudo regresar a hacer lo que más ama después de 19 meses de proceso.
Con muchas dudas alrededor, volvió a subirse al ring. No solo por la fuerte enfermedad que tuvo que superar, sino porque en 2010 había perdido su invicto frente al ruso Dmitry Pirog con un nocaut dramático que puso en duda la calidad de Jacobs y si de verdad estaba listo para llegar al máximo nivel. Pero el “Hombre Milagro” supo despejar las dudas y poco a poco se fue abriendo camino.
Cinco peleas en fila con triunfo fueron razón suficiente para llegar a pelear por la faja de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en agosto de 2014. En esa ocasión venció a Jarrod Fletcher para apoderarse del cinto y de allí en adelante hizo cuatro defensas exitosas contra Caleb Truax, Sergio Mora, Peter Quillón y de nuevo contra Mora. Fue en su quinta exhibición en 2017 cuando perdió la faja a manos de Gennady Golovkin, pero su gran boxeo dejó al kazajo con una victoria agria, ya que no se vio dominante como acostumbraba en sus peleas anteriores.
Jacobs se llevó una derrota contra GGG, sin embargo, quedó evidenciado que es uno de los rivales más peligrosos para cualquier peleador del peso mediano. Ahora, le toca a Canelo Álvarez demostrar que puede medirse a un rival como Jacobs, quien aprovechará su alcance y su altura para plantear una pelea difícil y recuperar la faja que tuvo en el pasado, además de retener la corona IBF que ostenta hoy en día.
El de Nueva York no tiene nada que demostrar, pero aspira a ser más grande cada día y tiene las herramientas para conseguirlo este sábado en Las Vegas. Ya ha hecho suficientes milagros en su carrera y ahora solo quiere ascender a lo más alto del deporte.