Gennady Golovkin ha marcado una era y ha impresionado a toda una generación gracias a su impresionante poder de puños y su demoledor estilo. Es uno de los peleadores más fuertes de los últimos tiempos y ha acabado con todos los rivales que ha tenido al frente, excepto uno.
Su rivalidad con “Canelo” Álvarez ha sido una de las más destacadas de los últimos años y el mexicano ha significado la piedra en el zapato del kazako. Es quien provocó la única derrota de su carrera y el único empate en el récord de “GGG”, por lo que quiere el desquite este sábado.
Cuando llegó a su primera pelea contra Álvarez en septiembre de 2017, Golovkin partió como el favorito para muchos de los especialistas. La manera en la que había noqueado a tantos rivales, su fortaleza física y su condición incansable parecían ponerlo un escalón sobre el de Guadalajara.
Tuvo una pelea dura en la que vivió buenos momentos pero se encontró con un “Canelo” decidido que se plantó de tú a tú y tras 12 asaltos de buena acción tuvo que conformarse con un empate.
Ante el buen combate que tuvieron y la rivalidad que siguió creciendo, volvieron al ring para un segundo combate en septiembre del siguiente año. Las expectativas eran mayores y de nuevo fue un combate muy disputado con buenos intercambios pero esta vez el mexicano pudo sacar ligera ventaja para imponerse por decisión mayoritaria.
Ha sido la única derrota en la carrera de Golovkin, quien siguió su camino en el peso mediano y venció de manera consecutiva a Steve Rolls, Sergey Derevyanchenko, Kamil Szeremeta y Ryota Murata para convertirse en campeón unificado del peso mediano.
Pero ahora subirá de peso porque tiene una cuenta pendiente con el Canelo. Ahora los especialistas le dan menos posibilidades por sus 40 años de edad y su subida de categoría, pero GGG no es un peleador para subestimar y quiere conseguir la victoria que le falta.