Los últimos 40 años del boxeo han traído consigo una transformación amplia del deporte. Esos cambios no hubiesen sido posibles sin grandes mentes que dirigieran la disciplina y Gilberto Mendoza, el presidente emérito de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), llevó la batuta en ese proceso.
El período de Mendoza al frente de la AMB se extendió desde 1982 hasta 2015 y estuvo enfocado en el atleta. Además de la creación de programas sociales que estuvieran a disposición de los desfavorecidos para sacarlos de las calles e integrarlos en el deporte, también se enfocó en que el reglamento se adaptara a los nuevos tiempos y que fueran cónsonos con la intención de proteger a los peleadores.
Varios hechos marcaron esa necesidad de cambio, como la muerte de Duk koo Kim en 1982 y la llegada de más televisoras y el ámbito comercial, que obligaba a cambiar para siempre para sobrevivir, en primer término, y para seguir a la vanguardia mundial posteriormente.
Mendoza creó el sistema de clasificación que se usa hoy en día antes de ser presidente de la AMB. El propio Don King alabó en su momento el sistema, ya que muchos habían intentado dar con una fórmula pero nunca habían conseguido una forma que agradase a todos hasta que llegó la iniciativa de Mendoza.
Otras iniciativas como el programa “KO a las Drogas”, la disminución de asaltos o la implementación de supervisores para peleas de campeonatos mundiales fueron pensadas por Mendoza y actuó como un promotor de las mismas.
Mendoza fue un visionario como pocos en la historia del boxeo. Se atrevió, implementó cambios en pro del deporte que amaba e hizo de él un lugar mejor para los protagonistas, los boxeadores.