Naoya Inoue cerró el año por todo lo alto con un nocaut en 10 asaltos sobre Marlon Tapales para convertirse en el campeón indiscutido de peso súper gallo y mantenerse como uno de los mejores libra por libra de la actualidad.
El japonés fue el gran protagonista de la noche en la Ariake Arena, de Koto Ku y tuvo otra actuación de ensueño en la pelea de unificación frente a su rival filipino. El “Monstruo” ya tenía las fajas de la WBO y el WBC en su poder y ahora agregó la de la World Boxing Association (WBA) y la de la IBF, que estaban en poder de Tapales.
Fue una pelea entretenida en la que Inoue se vio superior pero que tuvo a un Tapales que salió a dejar todo sobre el ring, sin ningún tipo de complejos y a pelear de tú a tú con el local. Buenos intercambios y acción de principio a fin fueron la constante en este enfrentamiento que levantó de su silla a los presentes varias veces.
En el cuarto episodio, Inoue logró un derribo, el primero de la noche, que encaminaría su victoria y empezaría a inclinar la balanza hacia su lado definitivamente. El desenlace vino en el décimo con un golpe al rostro que envió a la lona a Tapales, quien no pudo recuperarse y escuchó el conteo de 10 por parte del referí.
Inoue hizo historia al convertirse en campeón indiscutido en una nueva división, ya que había conseguido los cuatro títulos del peso gallo en el pasado. Su invicto ahora es de 26 victorias y 23 nocauts, mientras que el récord de Tapales quedó en 37 triunfos y 4 reveses.