Este domingo se realizó la inducción al Salón Internacional de la Fama de Boxeo de Canastota, con sede en Nueva York, a una nueva camada de inmortales, que escribieron un capítulo importante en la historia del pugilismo. Se trata de los boxeadores: Vitali Klitschko, Erik Morales, Winky Wright. El promotor Klaus-Peter Kohl (promotor), los periodistas Steve Albert y Jim Gray. Además recibieron tributo póstumo: Sid Terris, Johnny Addie y Lorraine Chargin.
La llamada Clase 2018 inmortalizó su nombre en los libros dorados del boxeo a través de tanto esfuerzo, éxito, hasta ponerle el broche de oro a su recorrido en la ceremonia de este domingo en uno de los mejores eventos del pugilismo mundial este año, donde recibieron el tan anhelado anillo y su imagen dentro del museo de Canastota que los acredita como leyendas eternas.
Como es de costumbre antes de recibir dicha distinción, todos los elegidos compartieron sus vivencias y alegrías con los presentes. A la hora de tomar protagonismo con el micrófono, Vitali Klitschko retrocedió el tiempo y se trasladó a sus días de adolescente y sus primeros pasos, donde vio en Mike Tyson a un ídolo a seguir. «Si uno quiere ser grande debe rodearse del mejor equipo, esto me lo dijo un amigo, y esto fue lo que hice», recordó el gran campeón ucraniano. «Siempre hay que soñar, tener metas para logras las cosas, el que no sueña no gana», concluyó.
Erik Morales, por su parte, extendió su agradecimiento a todas las personas que colaboraron con él para que tocara la cima del Everest en el boxeo rentado, incluidos los organismos, entrenadores y sus familiares. Además, el ídolo de México contó una anécdota a través de la cual recordó una ocasión en la que, en sus inicios, lo dejaron con los guantes puestos, sin hacer lo que más le gusta, y manifestó que su madurez como boxeador fue gracias a la calidad de oposición que enfrentó a lo largo de su carrera, como lo hizo ante su compatriota Marcos Antonio Barrera y el filipino Manny Pacquiao, entre otros.
Como cada año también entran por la puerta grande periodistas que no pierden pisada a los grandes campeones. Este es el caso de Jim Gray, que estuvo acompañado en el acto por Mike Tyson, con quien tejió una relación entrañable al trabajar para grandes cadenas como ESPN y Showtime. «A Mike lo entendí como ser humano, algo que no todos consiguieron», señaló Gray, al mismo tiempo que agradeció a los promotores por concederle los espacios.
Otro que destacó lo mejor de su carrera fue el estadounidense Winky Wright. Para ser el mejor en sus años, dijo, había que pelear con los mejores y ante tal labor se siente con la frente en alto. «Esa es la fórmula del éxito: subir al ring con los mejores. Gracias por eso a mis oponentes y los grandes campeones del ayer», cerró Wright.
Todos los púgiles inducidos vieron acción en su momento bajo las filas de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y, sin duda, alguna son el vivo ejemplo que el boxeo es un vehículo de superación social y gran agente de cambio.