El pasado lunes 13 de diciembre se cumplieron 108 años del nacimiento (la fecha exacta es ciertamente imprecisa) de uno de los más grandes astros en el transcurrir de siglos del boxeo, el semicompleto Archie Moore.
Por esa razón, en su memoria, reproducimos este trabajo que fue publicado hace tres años, hoy ampliado y, por ende, abundante en detalles. Sin más preámbulos, les invitamos a continuar leyendo: Se llamó de cuna Archibald Lee Wright, conocido simplemente como Archie Moore, alias “La Vieja Mangosta” en los años finales de su larga y brillante carrera, en la que sobresalió por la durabilidad, el poder noqueador y por su reconocimiento como el mejor de su categoría.
Le cabe el calificativo de excepcional, de personaje poco común en el mundo de los guantes, los puñetazos y las cuerdas. Tres cualidades o virtudes le distinguieron especialmente en su caminar sobre el ring por casi tres décadas (unos 28-29 años con breves retiros, entre 1936-1963) en los cuadriláteros de Estados Unidos, Argentina–donde debutó- además de pasearse triunfalmente por Uruguay, Brasil, Panamá, Inglaterra, Alemania, Canadá, México e Italia.
En Argentina fue amigo, ídolo y admirado por el entonces presidente del país de la pampa, el coronel Juan Domingo Perón, y por la esposa de este, Eva Duarte, Evita a secas. La amistad con Perón y Evita nació y se acrecentó en su retorno al país sureño en 1951, esto es 15 años después de su estreno en el rentado. En ese tiempo, entre junio y agosto, peleó 8 veces, una de ellas en Uruguay, con balance de 7 nocauts y una decisión.
Un peleador incomparable
La primera de aquellas singularidades: su durabilidad de diamante ya anotada. La segunda porque es considerado, sin duda alguna posible al respecto como el mejor semipesado de cualquier época. La tercera, por ser el gladiador con mayor número de nocauts en los anales de un deporte en el que poner fuera de combate antes del límite al antagonista es equivalente, en cuanto a despertar al máximo la emoción del espectador, al batazo de jonrón en el béisbol, a la cesta de tres puntos en el baloncesto o al hat trick (3 goles) de un atacante en el fútbol.
Esta nota repasará, muy someramente, esas tres facetas del púgil nacido en Benoit, Mississippi, el 13 de diciembre de 1916 (hay quienes aseguran que fue en 1913, el año mayormente aceptado y al que damos más crédito) y fallecido a los 82 o a los 85 años-según se tome el 1916 o el 1913- por una insuficiencia coronaria en San Diego, California, el 9 de diciembre de 1998. Perdió muy niño a sus padres, lo criaron unos tíos de humilde condición, tuvo problemas de conducta en la adolescencia que le llevaron hasta un reformatorio y de allí salió directo al gimnasio para hacerse boxeador de élite en un tiempo relativamente corto.
Profesionalmente se estrenó un poco tarde, a los 23 años, en Argentina, el 31 de enero de 1936 contra un cierto Kid Paco al que fulminó en dos rounds, en lo sucesivo su marca de fábrica o carta de presentación. De vuelta a su país hiló 5 victorias más para caer en su sexta salida frente a Courtland Sheppard en 6 vueltas y a continuación tejió una larga cadena de éxitos, la mayoría por fuera de combate. A partir de aquel enero no detuvo su camino exitoso sino hasta el 15 de marzo del ‘63 cuando aplastó en 3 a Mike Di Biase en el Madison Square Garden de Phoenix, Arizona, en su despedida de los ensogados.
A medida que transitaba su tan largo sendero Moore, de poder devastador en los puños, como apuntamos, fue regando la lona de adversarios hasta completar la impresionante cifra de 141 despachados antes de que sonara la campana. Nadie, nunca antes, ni ningún otro después de él y hasta hoy, ha acumulado una cantidad de nocauts tan elevada, tan pasmosa. Lo consiguió en 229 peleas de las que ganó 194 y perdió 26 con 7 kos en contra y 8 empates, de acuerdo con números tomados de The Boxing Record Book, 1998, volumen 15, y difieren de los registrados en BoxRec y en otras publicaciones especializadas que asignan a Su Majestad Nocaut o Míster Nocaut, Archie Moore, cifras de 186 ganadas (132 kos.)-27 con 7 kos en contra-10 empates o bien 131 nocauts en 219 encuentros con 185 ganadas, 131 KO, 23 reveses, 7 nocauts en contra, 10 tablas, números por completo dispares.
Damos credibilidad, a pesar de las dudas, a las estadísticas del TBRB, única publicación revisada hasta ahora por nosotros que menciona al argentino Kid Paco como su primer rival. Pero lo cierto es que su marca, tanto si son 141 o 132 los nocauts propinados, parece, es, mejor, inalcanzable en estos tiempos. Lo escoltan Young Stribling (129), Sam Langford (128), Kid Azteca (114) y Sugar Ray Robinson (108), salvo error u omisión de nuestra parte.
Si echamos mano a una segunda comparación con el beisbol puede decirse sin exageraciones que aquella cifra de 141 nocauts puede parangonarse con los 56 juegos al hilo con por lo menos un imparable conectado, impuesto por el jardinero de los Yanquis de Nueva York, el Yankee Clipper Joe DiMaggio, en la temporada de Grandes Ligas de 1941 o con los 2 No Hit No Run consecutivos los días 11 y 15 de junio de 1938 del pitcher de los Rojos de Cincinnati, Johnny Vander Meer, contra os Boston Bees, hoy Bravos de Atlanta, y ante los Dodgers de Brooklyn, ahora de Los Ángeles, que terminaron con pizarras de 3-0 y 6-0, respectivamente.
Una espera de 16 años…
Dejado de lado para opciones titulares por los promotores a causa de la segregación racial, una valla casi insalvable para la época, Moore tuvo que esperar largamente para recibir la opción de discutir una faja mundial. Recibió el anhelado chance, 16 años después de su primer combate, cuando su récord mostraba 110 nocauts en 169 batallas y solo 17 frustraciones. Se produjo el 17 de diciembre de 1952 cuando se encerró con Joey Maxim por el cinturón de las 175 libras (79,378 kilos) en la arena de San Luis, Missouri y Moore se consagró campeón mundial con una cómoda victoria en 15 episodios.Tenía 39 años por 30 de Maxim.
En la defensa inicial batió otra vez a Maxim por la misma vía el 24 de junio del 53 en Odgen, Utah, y en un tercer choque, en el Orange Bowl de Miami, Florida, se llevó el triunfo otra vez por las tarjetas en enero de 1954. A continuación noqueó a Harold Johnson en el 14° en agosto del mismo año en el MSG neoyorquino; a Carl Bobo Olson en 3 rounds en junio del 55 y en otros retos de campeonato doblegó a Yolande Pompey el 5 de junio del 56 (en Inglaterra, por KOT10); a Tony Anthony el 20 de septiembre-57(GKO7); en casa al canadiense Ivon Durelle (2 veces, KOT11 y KOT3), con 45 años, en diciembre 58 y el 12 de agosto del 59 y finalmente en Italia al local Guilio Rinaldi (GD11) el 10/6/61 ya con 48 almanaques en las pesadas espaldas.
Entre unos y otros desafíos en defensa de la corona de las 175 libras (79,378kilos), también osó, en vano, de adueñarse del reino de los pesados. La primera vez Rocky Marciano, de 32 años,se recuperó de una caída en el primero y dispuso en el 9° del rival 10 años mayor para el nocaut 43 de sus 46 peleas, en septiembre del 55 y luego de la victoria colgó los guantes.
El 30/11/56, Floyd Patterson, de 21 años, lo liquidó en 5 tramos. En noviembre de 1962, a los 49 años de edad, confrontó a Muhammad Ali (Cassius Clay para entonces), 29 años más joven en una pelea a 10 rounds que terminó en 4 capítulos en favor del legendario púgil de Kentucky. Solo 4 meses más tarde Moore tocó a retirada con un KOT en tres rounds al debutante Mike Di Biase, cuando rebasaba las 200 libras (90,718 kilos).
Ningún semicompleto como él
No se alejó del boxeo al colgar los guantes. Por un buen tiempo se dedicó a enseñar a los principiantes y en marzo de 1974 estuvo en Venezuela como integrante del equipo de entrenadores de George Foreman (en el grupo se hallaba también el inmortal peso pluma
Sandy Saddler), cuando Big George descalabró a Ken Norton, previas 3 caídas, a los 2’ minutos del 2° round el 26 de ese mes en la inauguración del Poliedro de Caracas en la primera defensa del texano del trono del peso completo AMB-CMB, versiones que perdería 7 meses más tarde con un inesperado KOT en 8 asaltos ante Muhammad Ali en Kinshasa, Zaire, actual República Democrática del Congo. Moore también estuvo en la esquina de Foreman en aquel memorable y mítico combate.
“La Vieja Mangosta, como lo apodaron por su longevidad en los cuadriláteros, un púgil único, de ágiles desplazamientos, “matrero”, con una muy característica guardia de palanca e incomparable en su categoría, recibió entre varias distinciones las siguientes: en 1980 ingresó al Salón de la Fama de The Ring. Igualmente el Salón de la Fama Internacional de Canastota lo exaltó en 1990 y otro tanto hizo el Salón de la Fama de California (2006). En 1999 la agencia de noticias Associated Press lo designó el Mejor Semipesado de la historia y en 2002 The Ring Magazine le colocó en el lugar XV entre los Mejores Boxeadores de Todos los Tiempos. Tres años después la misma publicación lo tituló el Más Grande Ponchador (Noqueador) de cualquier era.