El jalisciense Santos Saúl Álvarez Barragán, más conocido en el mundo del deporte como «Canelo» Álvarez, campeón indiscutido supermediano de la decana Asociación Mundial de Boxeo, la Federación Internacional, el Consejo Mundial y la Organización Mundial no tuvo inconvenientes para conservar el ûltimo cinturón citado ante el británico John Ryder con una decisión 3-0 el sábado pasado ante unos 60 mil espectadores ansiosos de ver triunfal a su ídolo, en el estadio Akron, en Zapopan, Guadalajara.
La victoria del mexicano dejó su rėcord de 18 años de actividad (2005-23) en 59-2-2,39 nocauts. Pero lo más relevante del resultado fue que al doblegar a Ryder, «Canelo» acomodó la escena para una pelea de desquite con el monarca semicompleto AMB, el ruso Dmitry Bivol, quien reina desde 2017, que nunca ha perdido en 21 actuaciones, con 11KO y vencedor a los puntos y con facilidad sobre el azteca cuando se midieron el 7 de mayo del año pasado en el T-Mobile Arena de Las Vegas.
Vale anotar que damos por sentado que la esperada segunda confrontación de Canelo-Bivol será el siguiente paso en la carrera de ambos y posiblemente en septiembre, mes en el que el titular de las 4 fajas súper medianas, que anhela reinar en la división de más arriba, acostumbra a actuar por ser el mes en el que se celebra, el día 16, la independencia de la patria de Benito Juárez.
Damos como un hecho que será en ese periodo de tiempo cuando se monte el choque de los dos reputados peleadores, en sujeción a lo declarado al respecto en reiteradas ocasiones, por el promotor Eddie Hearn, presidente de Matchroom Boxing, la empresa que conduce las peleas de Álvarez, que montó la del pasado sábado.
RYDER FUE SOLO AGUANTE.
Unas cortas líneas para un superficial comentario del pleito del sábado en Guadalajara, primera presentación desde 2011 del idolo del patio frente a sus seguidores, que lo auparon con sus gritos durante los 12 rounds que duraron las acciones, pero que en cierto modo quedaron frustrados pues esperaban un resultado antes del limite.
Canelo hizo todos los esfuerzos por complacer a los mas de 6O mil asistentes, pero no lo logró a pesar de someter a Ryder a un intenso castigo desde el primer campanazo. Pero Ryder, a pesar de revivir a un conteo de protección en el cuarto y de terminar sengrante y exhausto soportó toda la metralla del campeón del mundo, quien tambiėn lució .agotado al final, más por su sostenido ataque que por daños recibidos.
Bien viene a cuento añadir, para concluir, que la asistencia de las 60 mil 200 y tantos espectadores al majestuoso recinto es probablemente la tercera más grande concurrencia a una pelea de boxeo en México, un paįs en el que el boxeo es pasión de multitudes. Sin embargo, esa enorme asistencia está bastante por debajo de otros dos espectaculos de la misma disciplina que han tenido lugar en el país, como fueron la pelea por el cetro mundial pluma entre el astro local Vicente Saldivar y el inglés Howard Winstone y la del legendario «César del Boxeo», como bautizaron a Julio Cèsar Chávez, tenido por el mas grande gladiador «manito» de la historia, quien el 2O de febrero de 1993 expuso y retuvo la faja superligera CMB contra el británico Greg Haugen, a quien liquido en 5 vueltas. Los dos programas se montaron en el majedtuoso Estadio Azteca. Saldivar y Wunstone metieron un poco.más de 90 mil almas que vieron al llamado «Zurdo de Oro» mexicano batir en 15 tramos al visitante el 15 de junio de 1967. Por su parte, JCCh tiró a Haugen en el primero («por respeto al público que llenó el Azteca, no lo quise noquear en ese round y lo dejé correr», palabras más, palabras menos, dijo Chávez) y lo despachó en el quinto para desatar la euforia de las 132.247 personas que abarrotaron el local, un récord de todos los tiempos para una pelea de boxeo en la larguísima historia del deporte de los guantes y de los puños.