El por 48 meses esperado cierre de la trilogía entre el mexicano Saúl «Canelo» Álvarez y el kazajo Gennady Golovkin se tradujo en 12 asaltos que concluyeron con la victoria por decisión unánime de 116-112 y un doble 115-113 en favor del primero, un veredicto recibido con sonoros abucheos de buena parte de los más de 20 mil aficionados que pagaron costosos boletos para llenar en su capacidad el T-Mobile Arena de Las Vegas, el pasado sábado.
El combate estuvo alejado de los dos encuentros que los dos púgiles, tenidos entre los mejores de la actualidad, animaron en el mismo escenario en septiembre de 2017 y en ese mes en 2018 y que terminaron en un empate y una victoria por decisión mayoritaria de Álvarez.
En el encuentro estuvieron en discusión las fajas supermedianas AMB, CMB, FIB y OMB que ostenta el peleador de 32 años oriundo de Guadalajara, Jalisco.
Victoria sin brillo
La pelea fue tediosa con asaltos carentes de acciones emotivas, en los que Álvarez desplegó una tímida ofensiva, de ataques esporádicos de largas y poco efectivas derechas (al final declaró a la TV que tenía la izquierda lesionada desde antes del choque y que debía operarse pronto), ofensiva con la que tomó clara ventaja, en los siete primeros tramos ante un GGG sin movilidad, opaco, muy lejos del peleador de otras actuaciones, en las que atacaba y golpeaba sin tregua. Nos dio la impresión de que: 1) Los 40 años de edad parecen haberle pasado ya factura y 2) Por ser un peso mediano natural las libras de más lo hicieron más lento.
Tanto así que solo mostró en los 36 minutos de pelea fugaces destellos del volcán en erupción de decenas de sus anteriores 44 peleas en las que durmió a 37 oponentes, con una derrota previa ante el rival del sábado y unas tablas en 44 presentaciones.
“Resucitó” a medias en los rounds 8-9-10 y 11, en los que descontó una porción del amplio margen que había tomado el rival, con uno que otro buen impacto e, incluso, llevó a las cuerdas al enemigo que se vio agotado a esa altura del desafío.
En esos asaltos que fueron del 8 al 11 GGG mostró más ánimos y ganas de revertir la puntuación en su contra, pero no le alcanzó el tiempo ni tuvo el poder para hacerlo. En nuestra tarjeta personal, llevada frente al televisor, coincidimos con el juez Dave Moretti (116-112), con 8 asaltos ganados por Álvarez y 4 perdidos.