La organización más antigua de la dirigencia del boxeo mundial tuvo su cambio más trascendental, el presidente con mayor tiempo en el cargo, un líder que dejó un invaluable legado entre sus principales políticas, dejó sembrado: la descentralización, la modernización, la justicia y el respeto hacia los boxeadores en cada una de sus decisiones. Sin duda, sería injusto dejar de mencionar su sensibilidad social y su incasable labor hacia este fin vía la Campaña Mundial «KO a las Drogas» desde el año 1989.

No obstante, todo el proceso experimentado, por más emocional y controversial, tendrá una contribución en beneficio de la organización. En especial para un equipo donde la cohesión, lealtad, empatía y su voluntad ante los retos logra aflorar todas las virtudes de cada individuo que forma parte de la gran familia WBA.

En términos boxisticos, el 2016, no fue diferente a los demás. Un año olímpico, que a veces se refleja en la actividad, pero esta vez, agregó una característica peculiar: se bajó la barrera de entrada, permitiendo, así, la participación al boxeador profesional. Claro, no faltaron las opiniones médicas extremas, la opinión mediática, la tentación de grandes campeones y también el pronunciamiento de colegas en otros organismos internacionales.

La WBA mantuvo la postura de mediar, escuchar y encontrar un esfuerzo mancomunado en beneficio del pugilismo mundial. Creo fielmente que, en un nicho tan anárquico como el boxeo, la unión es fundamental. Además, aprovecho para agradecer la apertura al dialogo del presidente de AIBA, el siempre amable, doctor Ching-Kuo WU.

La categoría completo fue reflejo de un aspecto a tomar conciencia en la política antidoping de la entidad. Cada vez está más claro, el intenso deseo de ganar lleva algunos atletas a ingerir sustancias prohibidas para alcanzar ventaja competitiva al momento de combatir. A pesar de existir cada vez mayores controles a nivel mundial se debe implementar una educación preventiva en el púgil desde su base.

El conflicto de intereses muchas veces desvirtúa la función básica de la WBA. El abuso de jurisdicciones locales en temas internos sin mermar el reconocimiento de los derechos de cada quien cae en personas que no tiene nuestra misma pasión. Muchas veces la justicia ordinaria dicta medidas impopulares que afectan el prestigio de la actividad. Nuestro marco legal es amplio, justo y contiene los recursos para defender la posiciones de cada miembro de nuestra organización.

La actividad regional, en especial en Europa, logró destacar no solo por la cantidad de títulos combatidos en territorio continental, sino que demostró la importancia del desarrollo progresivo de las regiones, pues logró cumplir una meta mas: generar mercados alternativos, caso específico el reino unido, que gracias a la alianza con la empresa promotora Matchroom, demostró que el boxeo WBA también vibra en la sangre de los aficionados de este lugar.

En el mismo tema, pero en la región de ASIA, aunque uno de nuestros organismos filiales optó por su desafiliación voluntaria, llegó la WBA OCENIA Y WBA CHINA, para seguir llevando el boxeo WBA a todos los rincones del planeta. En los próximos meses estaremos anunciando la nueva entidad regional para regir tan vital continente.

La política hacia un solo campeón se mantiene firme y presente, al punto, que al cierre de mis palabras el ranking muestra 8 de 17 categorías con un único campeón. El camino no es fácil, un vez más, lo intereses comerciales siempre afectan, pero no se trata de un instante sino del largo plazo. Los aficionados tendrán la reducción de campeonatos de la WBA.

En cuanto a peleas de título mundial, destacaron todos nuestros campeones, muchas peleas donde dejaron sudor, valor y sangre, pero en jerarquía, calidad y competitividad resaltaron: el doble campeón WBA Andre Ward, el indiscutido Gennady Golovkin, el habilidoso Keith Thurman, el triple campeon Jorge Linares, el flamante Jezreel Corrales, la voluntad de acero de Carl Frampton, y sin dejar el pequeño samurai Kazuto Ioka.

Una política a destacar en nuestra organización es la incorporación de líderes femeninas en nuestro directorio: Shivana Inalsingh, Mariana Borissova y la ex campeona del Perú Kina Malpartida quienes son valuarte y ejemplo de motivación.

Por ello me gustaría destacar el valor de la mujer en la WBA, en especial, a nuestra gran campeona Welter Cecilia Braehkus, quien con sus puños abrió las puertas para el boxeo en Noruega, un país que prohibía nuestro deporte. Por otro lado, obtuvimos un importante récord Guinness en la Batalla de Campeonas realizada en Venezuela, gracias a todo el apoyo de Jupiter Boxing, por ser la primera cartelera con mayor cantidad de títulos mundiales femeninos, incluyendo todo el personal técnico femenil, logrando, así, la participación de nuestra queridas: Yesica «Tuti» Bopp, Hanna Gabriels, Ogleidis Suárez, ahora todas madres, y sumado a ellas la Grab Mayerlin Rivas, quienes sellaron su nombre y el del WBA en los registros de la historia.

También fue el final de muchos amigos, hermanos y compañeros, en esta fase terrenal, no menciono a todos, pero a todos los llevo en el corazón, fue un año que vio partir no solo a mi padre, si no también a un lider de paz, ejemplo de dignidad e ícono universal de pugilismo: Muhammad Ali. Agregamos a la lista a Carlos «Morocho» Hernandez, también se fue el «Halcón»Aaron Pryor, el gran amigo tesorero del WBC Juan Sánchez, el leal Clasificador del WBO Luis Pérez, entre los muchos que aportaron a nuestro deporte.

En fines generales, fue un capítulo mas en la historia, destacado por buen boxeo, pasión de los dirigentes y grandes boxeadores. No obstante mi mensaje en este período, en el cual todos estamos llenos de la energía más bella del mundo como el amor, es llamar a todos a una justa unión para hacer de nuestro deporte una vía de hacer mejores personas cada dia dándole oportunidades sociales que el mundo a veces parece negar.

A todos, con profundo aprecio, cariño y satisfacción de que sean parte de mi vida, les deseo un feliz año 2017 junto a sus seres queridos.