“Con tal de boxear lo hago de cualquier manera y con quien me pongan enfrente” (Carlos Monzón)   

En cierta ocasión un periodista le consultó a Angelo Dundee, el famoso entrenador de Muhammad Ali, su opinión acerca de quién de sus entrenados respondía a su idea del peleador perfecto. ”Boxeadores perfectos hay y ha habido muchos. Pero si mi opinión cuenta, para mí el boxeador perfecto es, fue, Carlos Monzón.”, fue su lacónica y contundente respuesta.

Pensamos en aquellas viejas palabras de Dundee a propósito de recordar también que en el reciente 7 de este mes de agosto el argentino Carlos Monzón, apodado “Escopeta” (ya supondrán el porqué del mote), el mítico campeón mundial del peso mediano, nacido en San Javier, provincia de Santa Fe, habría cumplido 80 años, lo que nos condujo igualmente a atar estas líneas en recuerdo de quien es sin discusión el más famoso, idolatrado y mejor boxeador argentino de todos los tiempos y de los más renombrados ahora y siempre en el mundo de la ruda y viril disciplina.

DE LA MISERIA A LA BONANZA

Monzón peleó profesionalmente entre el 16/2/1963–noqueó en el debut en 6 asaltos a Ramón Montenegro—hasta el 30/7/77, fecha en batió por 2ª. vez, igualmente a los puntos y en el mismo escenario a otro notable púgil latinoamericano, el colombiano Rodrigo Valdés en Fonteiville, Principado de Mónaco.

Con esa, su pelea cien (sin incluir casi otras tantas en el amateur campo amateur, años 1959-62) completó un récord total de por vida de 87 victorias, 59 por KO, 3 derrotas y 9 empates, de ellas 14 defensas exitosas (un récord para la época, hoy de Bernard Hopkins con 20 ), desde su coronación el 7/11 del´70 vs. el italiano Nino Benvenuti por KOT12 en Roma por las fajas AMB y CMB en su primera oportunidad titular luego de haber ganado los títulos argentino y sudamericano ante su coterráneo Jorge Fernández, por puntos en ambas contiendas.

La pobreza familiar le forzó a dejar la primaria a los 10-12 años para ocuparse en oficios como el de limpiabotas, vendedor de agua potable, lechero, cargador de sacos de carne y esto último le sirvió para fortalecer un portentoso físico de 1,81 metros, 193 centímetros en alcance, de puros músculos repartidos entre 69,853 y 72,562 kilos, límites de la división que nunca rebasó en la balanza. A los 16-17 años halló en el boxeo y en el gimnasio del club de fútbol Unión de Santa Fe la ruta hacia la fama y la bonanza.

Estas dos puertas le ayudaron a abrirlas Juan Carlos (Tito) Lectoure, el más famoso promotor de boxeo argentino, condueño del Luna Park, la meca del boxeo en el país, y el avezado entrenador Amilcar Brusa, desde sus primeras 7 peleas en el aficionado.

Lectuore vio en él un seguro filón y empezó por contratarle rivales de renombre locales y de fuera. A todos los venció, a la mayoría por nocaut, salvo por derrotas a los puntos ante sus paisanos Antonio Aguilar y Alberto Massi y en Río de Janeiro contra el brasileño Felipe Cambeiro. A los tres los superó en las revanchas. Un singular detalle en su agresiva manera de pelear, a más de ser un eximio rematador, fue el de castigar al rival inclusive cuando retrocedía, algo poco común.

En la primera defensa de las fajas mundiales repitió ante NB en 3 rounds, en Montecarlo y siguió con Emile Griffith (KOT14, septiembre del 71), Denny Moyer(KOT5,marzo 72), Jean Claude Bottier (RTD12, junio 72), Tom Bogs (KOT5, agosto 72), Benny Briscoe (DU15, noviembre 72), Griffith de nuevo (DU15, junio 73), Bouttier (DU15, septiembre 73), José “Mantequilla” Nápoles (RTD6, febrero 74), Tony Mundine (KOT7, octubre 74), Tony Licata (KOT10, junio 75), Gratien Tonna (KO5, diciembre 75) y Rodrigo Valdés (DU, junio 76 y julio 77). La mayoría, por los cetros AMB yCMB,  los montó el actor Alain Delon.

UN TRISTE E INESPERADO FINAL

Luego del retiro, de actuar en una media docena de films y de una movida vida sentimental (estuvo ligado a la modelo, actriz y presentadora de TV Susana Giménez), se casó con Alicia Muñiz.

Su irascible temperamento lo envolvió, con ella, en un violento altercado hogareño: el 14 de febrero de 1988, Día de San Valentín, llegó a casa con unos tragos extras, discutió con Muñiz, la golpeó sin control y la lanzó por un balcón. Lo condenaron a 11 años de prisión por homicidio simple. Siete años después de su encarcelamiento, el 8 de enero de 1995, salió del penal con permiso especial de rutina y de regreso a la cárcel su auto volcó aparatosamente en la vía Los Cerrillos cuando se desplazaba a 140 kms/h. La muerte fue instantánea.

Su entierro tuvo lugar al día siguiente en el cementerio Municipal de Santa Fe y más de 60 mil personas acudieron a despedir al popular excampeón del mundo, un nombre inolvidable para la vieja historia del deporte de los guantes y de los puños.