Todo aquello que parece ser de un éxito repentino lleva detrás un recorrido y este caso no es la excepción sino una muestra más del valor que otorga mantenerse firme sobre la línea con los objetivos claros. El camino amateur es el espacio de cuna maternal donde se debe cometer errores para el aprendizaje que no es más que la suma de acciones repetidas en el tiempo que acaban por fijar en quien practica lo mejor o no de acuerdo a la conciencia y seriedad con que se decida avanzar.
Aquí el caso del joven prospecto de los ligeros, el norteamericano de sangre mexicana Ryan García que realizó más de 200 combates aficionados antes de dar el paso al profesionalismo.
Garcia lleva los apodos “Kingry” o “The Flash” por las características boxísticas que ha desarrollado y lo llevan hoy a ser una de las nuevas figuras internacionales: a destacar la velocidad de los movimientos junto a la contundencia de los golpes que lo llevaron a concretar 17 nocauts de los 20 triunfos alcanzados desde aquel 2016 cuando debutó en Tijuana.
La última presentación de Ryan fue antes de que se desatara la emergencia sanitaria mundial por lo que pudo concretar uno de los compromisos cuando a los 80 segundos del comienzo de la contienda dejó sobre la lona al experimentado nicaragüense Francisco Fonseca y generó un gran impacto. Noche donde el “Niño de Oro” Jorge Linares también obtuvo un gran triunfo demostrando que mantiene su poderío físico y está dispuesto a más. Mucho se ha especulado sobre una posible pelea con Jorge cuando se puedan reanudar fehacientemente los eventos deportivos. Si se da, el choque de Garcia con Linares, lo impulsaría al primero a las grandes ligas donde ya comenzó a pedir pista y podría llegar a tener la oportunidad de disputar el cetro de la Asociación Mundial de Boxeo frente a la otra joven estrella Gervonta Davis.
Ryan Garcia nació en la ciudad de Victorville en el estado de California de los Estados Unidos un 8 de agosto de 1999. Tiene tres hermanas llamadas Demi, Sasha y Kayla además de un hermano llamado Sean Garcia que también boxea. La madre de los cinco jóvenes, Lisa, se ocupa de las finanzas y administración de la casa mientras que Henry, el padre, está enfocado en entrenar a los muchachos desde que los niños lanzaron el primer llanto.
El garaje de los Garcia ha sido la sala de entrenamiento donde Ryan y Sean comenzaron a forjarse como púgiles. Ryan sabía que sería boxeador desde los siete años lo que lo llevó a subirse al ring a los ocho e ir avanzando hasta el presente tras lograr varias medallas como amateur juvenil.
Sus padres hablan de Ryan como una persona que siempre, desde niño, ha sido tranquilo, alegre y centrado con las ideas muy claras. Posee una personalidad que algunos puedan considerar arrogante pero sin embrago su madre ha dicho que no se trata más que de una seguridad en si mismo innata en él.
Ahora le tocará no solo continuar forjando su propio camino el cual recién comienza sino también acompañar al crecimiento de Rylie, la hija de Ryan que tuvo en marzo de 2019. Dos grandes responsabilidades para un joven de 21 años que ya tiene las miradas del mundo a la espera de mayores desafíos.