Hoy se conmemoran 106 años del nacimiento del gran boxeador estadounidense, Maximilian Adelbert, mejor conocido como Max Baer.
Nacido en Nebraska, en 1909, se caracterizó siempre por su simpatía, y una gran agresividad en el ring que lo hizo tener en su registro la muerte de dos de sus rivales, quienes fallecieron después de pelear con él. Eso sí, Baer asumió los gastos de estudio de los hijos de uno de ellos.
Su paso en el renglón profesional lo comenzó en 1929, aunque la fama se la ganó junto a la simpatía de cientos de seguidores cuando venció al mítico alemán, Max Schmeling, el preferido de Adolf Hitler, en el combate realizado en 1933.
Desde entonces, Baer peleó con una Estrella de David en su pantalón, como muestra solidaria ante el sufrimiento de los judíos durante esos años.
Tras imponerse de manera categórica a Schmeling, el estadounidense quedó a las puertas de medirse al italiano Primo Carnera por el título mundial en 1934, cuando se impuso al entonces campeón. Reinó por un año, hasta que lo sorprendió James Braddock.
Además, de ser boxeador, Baer también probó suerte como actor. Su fama y gran vida, según muchos, le afectaron en su desenvolvimiento diario, y lo hicieron perder también con un recordado KO ante Joe Louis en 1935.
En total realizó más de 80 peleas, y terminó con récord de 71-13. Baer una vez dijo, “Nunca pretendí ser boxeador, pero me obligaron a llegar a lo más alto”.
Baer pudo entrar al Salón de la Fama en 1968.