En continuidad con UN SOLO BOXEO, la Asociación Mundial de Boxeo ha establecido contacto con una figura del boxeo aficionado venezolano, que más allá de las estadísticas, ha logrado llegar al corazón de muchas personas en el mundo con sus acciones y palabras.
“En los momentos previos a mi participación de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la WBA me contactó para brindarme su apoyo y eso tuvo gran valor para mí”, comentó Eldric Sella en una reciente charla periodística para conocer su presente y proyectos.
Sella dejó aquel barrio 23 de enero, en Venezuela donde creció junto a su familia, un 13 de septiembre de 2018 en búsqueda de un sueño motivado por aquel histórico referente con quien pudo compartir entrenamientos en Caracas; Alfonso Blanco, un emblemático representante del pugilismo venezolano: “Él me inspiró mucho para seguir ese camino olímpico, porque venía de mi barrio y lo logró”, comentó Sella.
La situación sociopolítica de su país era una gran limitante para que Sella pueda llegar a concretar aquel anhelo de flamear su bandera en la máxima competencia del deporte mundial; esa cita que cada 4 años reúne al mundo entero en búsqueda no solo de la competencia entre destacados atletas, sino de compartir el esfuerzo, dedicación, compañerismo, igualdad, pasión y confianza hasta entre completos extraños, como pilares de vida en comunión. Entonces, Sella solicitó asilo en UNHCR/ACNUR que es la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados en Trinidad y Tobago, con quienes se siente profundamente agradecido. A partir de allí es que Sella pasó a formar parte del equipo olímpico de refugiados y estar en Tokio lo que hizo que su vida cambiara para siempre.
“Ser olímpico ha sido mi sueño desde niño. Al principio estaba vinculado al hecho de poder representar a mi país y por la influencia de las personas que me rodeaban en el gimnasio para entonces. Luego, se hizo cada vez más grande mi deseo por poder hacer algo que tuviera significado para alguien más. Cuando uno tiene un logro que solo tiene beneficio propio es solo para el ego, pero cuando logras un impacto en los demás, es inmenso. Mi participación en Tokio ha generado un impacto que no esperaba: me han escrito de diferentes partes del mundo diciéndome que los he motivado a empezar a boxear. Por eso, no pienso que el equipo en el que estoy represente solo a refugiados más allá de estar directamente vinculado con ello”, Eldric Sella habla con una sonrisa y una pausa sentida por el presente en el que se haya, mientras continúa soñando en grande, porque Sella espera que los Juegos Olímpicos de París 2024 lo encuentren en el podio dentro de los 80kg.
Su país adoptivo hoy es Uruguay. Allí se prepara entre sacos de box surtidos junto a su padre Eduard Sella como entrenador. Estuvo en concentraciones de sparrings que lo fogueen junto a la selección uruguaya, también en Argentina y de cada sesión se guardó una experiencia extra para mejorar su camino que asegura que luego de París 2024, podrá desarrollar en el boxeo profesional.
“Todavía estoy descubriendo qué significa para mi ser olímpico, porque no he tenido un camino convencional como otros atletas. Y, en definitiva, son los valores que uno representa y lleva consigo. No quiero decir que soy olímpico solo por haber participado, quiero poder darle un significado más profundo” … Eldric lleva más de 60 combates concretados y con su deseo intacto por llegar a Tokio, espera también simbolizar la unión y la evidencia de que sí es posible alcanzar lo que se sueña.