La inclusión y la lucha por las causas justas son algo que ha estado vinculado al boxeo desde sus comienzos. Causas adaptadas a cada época, pero siempre la misma mentalidad. Es el caso de Soledad Vargas, peleadora profesional que ha tomado el activismo por la mujer y en contra del feminicidio. 

Es habitual verla subir al ring en sus combates con el hashtag #NiUnaMenos y con nombres de mujeres que han sufrido de feminicidio. Se ha vuelto una voz en un tema trascendental mientras lleva a cabo su carrera profesional. 

Nativa de Michoacán, inició muy niña en el deporte, específicamente en el fútbol, como cuenta la periodista Alejandra del Castillo en una nota escrita para el medio La-Lista. Si. Embargo, la influencia del boxeo en su familia era alta ya que su abuelo había sido boxeador y su padre la llevaba a ver carteleras de boxeo desde pequeña.

A los 12 inició en el deporte de los puños y rápidamente se contagió del coraje y la energía de este deporte, por lo que ha crecido dentro de él y la ayudando a forjar un carácter y un criterio que la ayuda a trascender de reo y fuera de los ensogados. 

Pero su motivación a seguir la causa, a pesar de que no se considera una feminista tal cual como se definen hoy en día, fue el hecho de haberse enterado del famoso feminicidio de Marichuy y ver los reclamos de su madre Yesenia Zamudio en 2020. En ese momento, Sol vio el reflejo de su madre y eso tocó su corazón. 

“Yo sé que ella lo haría, yo sé que ella haría lo mismo”, dijo Soledad “Si le hacen lo mismo a mi hijo, yo voy a hacer lo mismo”, prosiguió. 

Aunque al inicio no entendía la lucha feminista y las marchas, dijo que las juzgó sin conocerlas y el motivo individual que las hacía llevar a cabo ciertas actividades. 

“Me sentí culpable en ese momento, porque yo sabía que sabía varias historias de varias boxeadoras donde gritaban que el entrenador las acosaba”, dijo Sol en la nota de prensa.

Eso la llevó también a ser una voz de las peleadoras que han sufrido distintos incidentes y se habían quedado calladas. Sol se ha puesto al frente de todas y las ha incentivado a hablar, a defenderse y a estar unidas, lo que cual tiene un mérito enorme. 

Su truza siempre está llena de nombres como una manera de honrar a las que ya no están o a quienes han sufrido abusos. Sol usa el boxeo como un medio mientras cumple sus sueños, lo que es una situación admirable y por lo que este deporte debe agradecerle.