Hace unos pocos días en el superficial recuento que hicimos en la oportunidad sobre la trayectoria histórica de la división mediana, aludimos tangencialmente a uno de los nombres más brillantes en dicho peso, el de Stanley Ketchel. Por pensar que el personaje merece más líneas biográfica-deportivas, enhebramos los párrafos que ahora leen para hacerlo conocer mejor a los viejos aficionados, pero en especial para los jóvenes de hoy que siguen al boxeo. Sin más, va de cuento:
La tempestuosa y trágica vida de Stanley Ketchel, culminada con su asesinato por un balazo a los 24 años-en octubre se cumplirán 113 años del trágico hecho-, es una de las más apasionantes y fascinantes que pueda concebirse, en el mundo deportivo y en cualquier ámbito, a un grado tal que bien pudiera servir de modelo para una novela del género no-ficción. De hecho, a Ernest Hemingway, el gran escritor estadounidense y Premio Nobel de Literatura en 1954, le inspiró para uno de sus cuentos.
Suponemos que los aficionados de hoy saben poco o más bien acaso nada de quién fue Stanley Ketchel, a los 21 o 22 años –su trayectoria deportiva y de vida está llena de imprecisiones y de rumores sin confirmación- el más joven en llegar a ser el campeón mundial mediano de la historia. Desde 1954 ingresó al Salón Internacional de la Fama del Boxeo en Canastota, New York.
Sus grandes batallas
Ketchel (Grand Rapids, Michigan, 14/09/1886- Springfield, Missouri, 15-10-1910), fue calificado hasta las primeras cinco décadas del Siglo XX como el más grande peso medio de cualquier tiempo. Muchos años más tarde sería seguido en la historia por ases como Marvin “Maravilloso” Hagler, Bernard “The Alien” Hopkins, Carlos “Escopeta” Monzón, Nino Benvenuti, aunque no está demás añadir a ese cuarteto los nombres de figuras de diferentes épocas, tales como Harry Greb, Nigel Benn, Emile Griffith, Gene Fullmer, “Sugar” Robinson, Jake LaMotta, Thomas Hearns, Gennady Golovkin (aún activo), Thomas Hearns, Roberto Durán, “Sugar” Leonard, Rodrigo Valdez, que dieron y dan prestigio al peso, uno de los 8 tradicionales del boxeo (los otros el mosca, gallo, pluma, ligero, welter, semipesado y pesado), nacido en la década de 1840..
Un peleador zurdo estadounidense de nombre Alexander Rudolph, quien peleó como Al McCoy, llegaría el 7 de abril de 1914 al trono de la categoría a menor edad que Ketchel (con 19 años y 6 meses) con un KO en 1 round sobre George Chip en Brooklyn. McCoy fue campeón hasta 1917, con solo 5 defensas luego de haber ganado la faja. Dejó marca extraoficial de 33-14-6, con 29 por KO.
A Ketchel también se le ubicó por largo tiempo entre los 5 mejores púgiles de todas las épocas y en la aún actualidad se le considera entre los 20-30 mayores astros de cualquiera división en los anales de fistiana.
Era hijo de inmigrantes polacos llegados a Estados Unidos sobre el final del S.XIX y su nombre real fue Stanislaw Keical. llegó al boxeo por las vicisitudes padecidas en su infancia, presuntamente causadas por el asesinato de sus padres, versión jamás probada y qué se presume propaló el propio boxeador. Tendría unos 12 años cuando dejó el hogar paterno. Lo que sí es una verdad es que luego se vio envuelto en pillerías menores, en cientos de riñas callejeras, moviéndose de uno a otro lugar, con Montana de primera parada y poco después de eso hizo de polizón en vagones de trenes hasta los 16-17 años.
Peleó en profesional entre 1903 o 1904 y 1910. Debutó frente a Kid Tracy el 2 de mayo del 03 o del 04 (tampoco hay consenso entre sus biógrafos con relación a la fecha de estreno) y lo demolió en el primer asalto. Luego de perder con Maurice Thompson en seis rounds, sumó 34 nocauts., 3 empates y una derrota más, otra vez ante Thompson. Este Thompson, Kid Lee y Billy Papke serían los únicos medianos que pudieron vencerle y al 3° lo noqueó después en 12 y en lo que fue una histórica rivalidad lo doblegó en 3 de otros 4 encuentros, uno de ellos por segunda vez por la vía rápida.
La agresividad que desplegaba en el ring, su incesante estilo agresivo y la impiedad contra sus oponentes le valieron el bien ganado apodo de El Asesino de Michigan. Hubo quien dijera que su furia en el ensogado provenía del odio almacenado por las humillaciones sufridas por su madre y que veía en cada rival a los culpables de aquellas ofensas. Se especuló también que su saña la provocaba el poco creíble asesinato” de la madre, Julia Keical.
Un final trágico
Como apuntamos antes nadie trepó antes de él más temprano al trono de las 160 libras (72, 575 kilos). Lo hizo en 1907, es decir, a los 21 años, o en 1908. Algunos cronistas dan la fecha del 2/9/07 cuando, después de unas tablas lograda 2 meses antes, noqueó a Joe Thomas en el 17° de una pelea a 32 asaltos.
Otros cronistas señalan como fecha de su reconocimiento como el mejor mediano del orbe el 22 de febrero de 1908, fecha en que noqueó en un round a Mike “Twin” Sullivan. En la primera defensa doblegó en 20 al mellizo de aquel, Jack “Twin” Sullivan, el 7 de septiembre del mismo año, en una épica batalla, para perder el cetro frente a Papke, su primera derrota en 4 años…
En procura de más dinero y de mayor gloria Ketchel se atrevió a retar al campeón mundial pesado Jack Johnson (su amigo de tragos y de francachelas), primer negro reconocido como monarca del peso máximo. Lo confrontó el 16 de octubre de 1909 en Colma, California, un desafío al que acudió con 180 libras (81 kg.) mientras que el campeón detuvo la báscula en unas 30 libras más (cerca de 15 kg.). Otros cronistas aseguran que JJ subió con unos 22 kilos por arriba del rival.
Ketchel sorprendió a todos al derribar al “Gigante de Galveston” con un derechazo al mentón en el round 12. Fue el canto del cisne, porque Johnson se levantó más furioso que atontado y aplastó al atrevido con una derecha y una izquierda a la cabeza y en plena boca. Se comentó que dos o cuatro de los dientes de Ketchel quedaron incrustados en el guante del triunfador.
Su última batalla en el ring la libró en Nueva York ante Jim Smith el 10/06/10 y se impuso por KO en cinco asaltos. Su récord final y no oficial fue de 46 kos, 3 ganadas a los puntos, 4 tablas, 2 perdidas por decisión, 3 por KO y 4 sin decisión, según el libro de Nat Fleischer. Otras publicaciones le asignan 52 ganadas (49 por ko.), 4 empates y 4 derrotas (en verdad fueron media docena, ante Thompson (2), Kid Lee, Billy Papke, Jack Johnson y Sam Langford, este otro famoso peso pesado.
Tales números no incluyen unas 250 reyertas callejeras y en sórdidos bares cuando era un adolescente y fungía de “gorila –guardianes en cantinas que “aquietaban” a los clientes alborotadores-, en pleitos contra adversarios que en ocasiones le doblaban en edad.
Además de Johnson también cambió golpes en marzo de 1910, tal dijimos, con el legendario peso completo, Sam Langford, a quien evadían los mastodontes blancos por razones racistas y tenido entre los mejores del peso mayor de cualquier época. Langford batió a Ketchel por una decisión de los llamados fallos “de periódico”.
Desgastado por abuso del alcohol, el presunto consumo de opio y un sinfín de noches sin final, viajó en pos de su recuperación al rancho Conway, en Missouri, propiedad de un antiguo amigo de la familia, el coronel HP Dickerson. Allí, el 15 de octubre de 1910, en un confuso altercado en que se mezclaron celos, robo y una airada discusión, Walter Dipley-la pareja de una cocinera del rancho llamad Goldie Smith-, el ciclo vital de Stanley Ketchel se apagó definitivamente por un disparo de escopeta calibre 22 que le entró por la espalda y atravesó su pulmón derecho. Falleció pocas horas después en el hospital de Springfield, Missouri
Es auténtico y anecdótico que en la ceremonia de su entierro un aficionado, entre miles, rompió el luctuoso silencio cuando gritó a todo pulmón, como un postrer tributo a la calidad boxística del difunto a su colosal y proverbial coraje personal y sobre el ring: “¡Cuéntenle! Verán que se levanta a los 8 segundos…¡Cuéntenle !”