El combate entre Katie Taylor y Amanda Serrano había generado expectativas como pocas peleas del boxeo femenino. Se enfrentaron dos de las mejores peleadoras de la actualidad el pasado sábado, por todos los cinturones del peso ligero de los grandes organismos y bajo un ambiente inigualable.

El éxito comercial y promocional estaba asegurado ya que el público esperaba la pelea y se tenía asegurada una gran audiencia mundial, además de una gran asistencia al mítico Madison Square Garden, de Nueva York. 

Ya todo el trabajo estaba hecho y solo dependía de ellas dar el espectáculo que el público pedía. Las dudas surgían porque a lo largo de la historia ha habido combates de gran expectación cuyo desarrollo no es tan emocionante como se preveía pero Taylor y Serrano regalaron uno de los mejores combates de la historia. 

La victoria de Taylor fue sufrida, tuvo que emplearse a fondo, usar todas sus herramientas, golpear con todo, esquivar y hasta sobrevivir a un quinto asalto en el que parecía que podía perder por nocaut. La irlandesa estaba en el debate sobre la mejor peleadora actual pero tras su victoria y la forma en que la consiguió, automáticamente se mete en la discusión sobre la mejor peleadora de todos los tiempos. 

Taylor salió a matar o morir, estaba decidida a llevarse el triunfo y lo consiguió a toda costa en una pelea llena de acción y emoción. 

Serrano no se quedó atrás y salió a hacer un combate agresivo. No se guardó nada y dejó claro que su derrota no tuvo que ver con falta de esfuerzo ni valentía. En todo momento fue al frente a pesar de recibir los duros contraataques de Taylor y en varias ocasiones logró poner mal a la campeona con la mala fortuna de no haberla podido terminar.

Lo que sucedió sobre el ring estuvo completamente cónsono con lo que se esperaba de la pelea. Un enfrentamiento que dejó satisfecho a todo el mundo del boxeo y cuya revancha es esperada por todos. Un antes y un después para el boxeo en general.