Sencillamente espectacular fue el duelo entre japoneses que brindaron Kohei Kono y Koki Kameda en el UIC Pavilion, en Chicago, Estados Unidos, en donde Kono mostró autoridad y demostró ser el campeón vigente del título mundial de los supermosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y lo retuvo por cuarta vez, gracias a una decisión unánime.
Fue una pelea sin precedentes, pues es la primera vez que dos asiáticos combaten en territorio estadounidense por una faja de tal magnitud. El pleito fue al estilo japonés, dos boxeadores no tan potentes, pero muy rápidos. Los puños volaron permanentemente en el escenario.
En el segundo round Kameda dio un golpe bajo a Kono, por eso se le descontó un punto. A Kono no pareció gustarle la situación y después de estar un minuto en el suelo se levantó y con un recto de derecha bajó a su oponente. De ahí tomó el control del combate.
La desesperación hizo que a Kameda le descontaran más puntos en sus tarjetas, después de otro golpe indebido, el cetro se inclinaba cada vez más. La versatilidad en los boxeadores continuó, tanto que ambos esquivaban la mayoría de los golpes del contrincante.
Los últimos asaltos fueron geniales, en especial el noveno, en donde un Kameda herido sacó su casta y desequilibró de un volado de zurda a Kono, quien por poco cae, además en un intento de defensa sacó de mala manera su codo y el arbitró le restó un punto en sus cuentas, situación que ilusionaba al retador. Al final no le alcanzó para arrebatar el título mundial a su compatriota.