“Es verdad, Bobby Lee tiene mayor experiencia que yo. Sin embargo, en este tiempito que tengo en la Asociación Mundial de Boxeo he hecho: Manual de Clasificaciones, Manual de supervisión de combates y modificado el reglamento de la institución, méritos que considero suficientes para valorar mi candidatura. Dicho esto, quiero aprovechar este tiempito que me queda para saludar a los ex presidentes de la AMB y sus esposas”, palabras más, palabras menos, dijo Francisco Gilberto Mendoza Sequera en su discurso como candidato a la presidencia de la AMB, el jueves 7 de octubre de 1982, momentos antes de su elección.

Salida magistral, como las que solía hacer en momentos de apremio, que sacó de la chistera luego que Robert Lee, quien también se postulaba al máximo cargo del organismo, lo atacó en su discurso presidencia alegando la falta de experiencia de Mendoza.

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Pero para contar esta historia hay que echar la mirada un poco más atrás y trasladarnos a principios de ese año, cuando el panameño Rodrigo Sánchez, ex presidente de la AMB, estaba muy enfermo y mandó a llamar a Gilberto. «Eso levantó algunas malas miradas, pues no todos podían visitarlo y él me pidió que presentara mi candidatura y que el abogaría porque me apoyaran».

A partir de ese momento inició su campaña para ocupar el máximo puesto dentro del organismo más longevo en regir el boxeo. «Cuando permitieron hacerlo presenté mi candidatura y empecé a hablar con la diferentes comisiones: Japón, Estados Unidos, Sudáfrica. Sin embargo, también le presté atención a los ex presidentes y sus esposas, les hice ver que valoraba sus aportes y que para mí era fundamental contar con su experiencia», afirmó Mendoza en una entrevista.

Así transcurrió el tiempo hasta aquel 7 de octubre de 1982, cuando él, acompañado por el ex campeón mundial puertorriqueño Víctor «Luvy» Callejas, el boxeador Jesús Caicedo y la hermana de la bailarina boricua Iris Chacón, llegó al recinto de la elección. Sin hacer mucho ruido, sereno pero dispuesto a trabajar cada voto.

Entonces paso al frente junto a Bobby Lee y «se generó una discusión, porque ninguno de los dos quería hablar primero. Yo le decía ‘habla tú que eres el de mayor experiencia’ y así nos enfrascamos hasta que el juez Klopper, miembro de la comisión electoral, decidió que lanzaría una moneda para definir quién daba su discurso primero. Lanzaron la moneda, salió sello y yo gané» contó, entre risas, muchos años después.

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Luego de su discurso, de mostrar sus trabajos que lo acreditaban para ser presidente de la AMB y de darle la mano a los ex presidentes del organismo y sus esposas se procedió al acto de votación.

«No recuerdo con exactitud por cuanto gané la elección, eso está en el acta de aquel día, pero sí que fue una dura lucha con un gran hombre, a quien respeto y admiro, como Bobby Lee»

Así era Gilberto Mendoza un hombre que emprendía batallas apegado a sus convicciones. Siempre de forma honesta y que desde 1982 y hasta 2015 mantuvo a la Asociación Mundial de Boxeo en lo más alto.