El 17 de mayo de 1956 nació una gloria del deporte: Sugar Ray Leonard en Wilmington, Carolina del Norte.
Su carrera como boxeador empezó como amateur y desde muy temprano dejó ver que daría mucho de qué hablar en este deporte. Su primer gran éxito fue cuando alcanzó la presea de oro los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976.
Pero sin duda, en el profesionalismo terminó de forjar su leyenda. Todos recuerdan sus tres grandes combates ante Roberto Durán las dos primeras en las 147 libras y la tercera en peso medio. Rivalidad de la cual aún se habla en en estos días.
Sin embargo, si hablamos de una victoria épica de este gran campeón debemos nombrar su combate ante Thomas Hearns, careo que no podía ganar por la vía de las tarjetas y que sacó la casta para ganar por nocaut técnico en el decimocuarto round. De esta forma esa reyerta ganó la distinción de combate del año en 1981.
Por esa determinación dentro del ring y elegante forma de boxear consiguió cinco títulos mundiales en divisiones distintas: welter, superwelter, mediano, supermediano y semipesado lo que lo hizo merecedor de un puesto en el salón de la fama.
Para recordar a Sugar Ray Leonard no hace falta que esté de cumpleaños, pues su leyenda está más vigente que nunca, pero sin duda los 17 de mayo es un día para tomarse un momento y rememorar todo lo que hizo este gran púgil.