Tomar la decisión de hacerse boxeador profesional siempre es difícil y más si naciste en Cuba, pues allí está prohibido y muchas veces esta decisión implica dejar atrás a tu familia para enfrentarte a la soledad del gimnasio.
Por esa razón coronarse campeón mundial para un púgil antillano significa tanto, mucho más cuando su boxeo no es comercial y las cámaras de televisión no están detrás de ellos. Sin embargo, los gladiadores cubanos han conseguido en la Asociación Mundial (AMB) su hogar, pues el organismo más longevo del boxeo siempre les ha brindado las oportunidades que se gana en buena lid sobre el ring, aunque no sean mediáticos.
Prueba de ello es que de sus casi 20 campeones 13 han formado parte de la AMB, en la actualidad nombres como: Erislandy Lara, Guillermo Rigondeaux, Yunier Dórticos o Luis Ortiz no son desconocidos para la afición. Ellos han seguido el legado de gladiadores como Kid Gavilán, Kid Chocolate o Joel Casamayor, quienes en diferentes épocas pusieron en alto el nombre de Cuba sobre los tinglados internacionales.
Este apoyo a Cuba forma parte del legado de Gilberto Mendoza, presidente emérito de la AMB, quien siempre hizo hincapié en el apoyo a las regiones para desarrollar el boxeo y ayudar a formar campeones en sectores donde las oportunidades son más escasas.