Probablemente desde los años de esplendor del panameño Roberto “Mano ‘e piedra” Durán (fue así, en singular, como se le apodó originalmente y no con el refinado plural “Manos de Piedra” con el que luego se le llamó) ninguna pelea del peso ligero ha generado una mayor expectativa que la que protagonizarán este sábado en el legendario Madison Square Garden de Nueva York el venezolano Jorge Linares y el ucraniano Vasyl Anatolleyevich Lomachenko, ambos excampeones mundiales pluma y ligero junior, con el primero en defensa de su corona WBA de las 135 libras frente a quien ha sido considerado el mejor púgil amateur de todos los tiempos.
En un comentario acerca del encuentro en cuestión es pertinente aludir a Durán, a juicio de muchos el más grande gladiador latinoamericano de la historia, quien entre los años 72 al 78 fue soberano, sin vallas por delante, el reino de los livianos del orbe, lo que hizo desde su triunfo consagratorio sobre el escocés Ken Buchanan en 1972 hasta su ascenso a la división welter después de una decena de defensas exitosas ante enemigos de la talla del australiano Héctor Thompson, los nipones Guts Ishimatsu-Masataka Takayama y el boricua Esteban De Jesús, quien cayó en dos refriegas contra el canaleño en el undécimo y el duodécimo tramos.
Acotemos, para pasar luego al desafío del sábado, que Durán figura en la opinión de la generalidad de los expertos en boxeo como el mejor peso ligero en los anales del deporte de las narices aplastadasy las orejas de coliflor, lo que es bastante decir para una categoría repleta de ilustres nombres a lo largo de los tiempos.
El preámbulo vaya como soporte del análisis que pretendemos abordar, en los renglones que siguen, de la confrontación Linares- Lomachenko la cual, como hemos dicho y han repetido muchos, es la más llamativa de los últimos años en cuanto al peso de los 61 kilos y fracción se refiere. A más de ello, se cree que podría ser una de las más atractivas peleas de este 2018, solo inferior en lo tocante a expectativas a la que posiblemente- presumimos que esto casi puede darse por un hecho- animarán luego de septiembre el jalisciense Saúl “Canelo” Álvarez y el imbatido kazajo Gennady Golovkin, los más rutilantes astros de los pesos medianos y ambos entre los más reputados libra por libra de la actualidad.
Ninguna duda cabe de que Linares y Loma (abreviaremos su apellido, en lo sucesivo) ocupan sitiales de privilegio como dos de los mejores 135 de estos días, junto al invicto mexico-californiano Micky García, que milita ahora en los superligeros pero que bien pudiera regresar a la división inferior en procura de una segura suculenta bolsa en un pleito contra el ganador de pasado mañana, si bien de ganar Loma el sábado es improbable la realización del MG-VL por las agrias relaciones de García con Bob Arum, protector del europeo y promotor del programa del Madison.
El rey AMB, Linares, afrontará el compromiso con una marca de 44-3-0, 27 nocauts propinados y 3 recibidos, estos frente a los mexicanos Juan Carlos Salgado (en el primer capítulo, hace 9 años), Antonio DeMarco (en el 11°, el 15-10-12) y Sergio Thompson (en el 2°, el 31-3-12), únicas manchas en una carrera de 16 años, exactamente la mitad de la edad del púgil nacido en Barinas, Venezuela.
Por su lado Loma, doble campeón olímpico-ganó en pluma en Pekin-2008 y en ligero en Londres-2012- y también doble monarca mundial aficionado 2009-2011 y plata en 2007, en el que perdió la final contra el ruso Albert Selinov, su único victimario en aficionado, campo en el que ganó ¡395 de 396! De aquel tomó desquite en otras dos peleas. Subirá contra Linares con una hoja de 10-1-0, 8kos. La derrota frente al mexicano Orlando “Siri” Salido en su segunda actuación profesional. En realidad, el ucraniano suma otras 6 victorias, logradas en el sistema usado por la AIBA denominado WSB (World Boxing Series o Serie Mundial de Boxeo en nuestro idioma) que en realidad no es “ni chicha ni limonada” porque son peleas enmarcadas en un limbo amateurismo-profesionalismo, de 5 rounds con 3 minutos de duración (en amateur son 3 rounds, 2 minutos de acción), sin el uso de caretas protectoras y sin franelilla, como en el rentado.
Dicho lo anterior solo para dar una somera idea de las brillantes carreras de ambos contrincantes. Faltaría añadir que los dos tienen paridad en cuanto a su destreza técnica; los dos son de gran habilidad e inteligencia en el ring; el uno (Linares) de regular poder, el otro de manos aterradoramente pesadas.
El venezolano mide 172 centímetros de estatura con un alcance de 175 centímetros, 11 más que el enemigo, de 170 cms de talla, temible en la pelea a corta distancia en la que acostumbra destruir metódica e implacablemente al oponente con violentas combinaciones de ambas manos.
Dicho esto último presumimos que Linares procurará mantenerse siempre a prudencial distancia del rival para emplear la ofensiva de lanzar contantemente su jab adelante, que es excelente, para detener los embates del europeo y atacar a su vez al contendor de 30 años, un real peligro, como dijimos, cuando se acortan las distancias, y un artífice en lo que se refiere a cerrar los espacios del adversario, lo que a toda costa tendrá que tratar de evitar Linares.
Terminamos, sin más, con un pronóstico de dos caras y si se quiere fácil y acomodaticio: si la pelea se extendiera hasta los 12 asaltos crece la chance del suramericano de cargar con el fallo que dependería, naturalmente, de la esperada neutralidad óptica del jurado porque, a fuerza, es también de esperarse que habrá equilibrio en el desarrollo del combate, organizado, como señalamos arriba, por la empresa Top Rank de la que Arum es fundador y principal accionista y que, para colmo, es el mentor de Loma, un vaticinado potencial vencedor por nocaut. Que es lo que piensa la mayoría de quienes han lanzado predicciones, oralmente o por escrito, acerca del también potencial resultado de esta pelea de singular y enorme interés para la afición del boxeo a escala mundial.