Henry Armstrong ocupa un muy distinguido lugar en las páginas ya dos veces centenarias del boxeo por su relevante ejecutoria en los entarimados, trayectoria de 14 años en los que contribuyó de manera nada común a hacer del “Noble Arte de la Defensa Propia” una de las actividades deportivas de mayor atracción masiva por haber sido, como fue, uno de los más excepcionales peleadores que alguna vez haya peleado por dinero.
Tanto es así que en el 1942 se le ubicó en el puesto N° 2 solo por debajo de nada menos que “Sugar” Ray Robinson – la cumbre más alta en la disciplina- en las encuestas que abordaron el tema referido a los últimos 80 años del boxeo en una clasificación de los mejores de todos los tiempos hecha por la revista The Ring y por el renombrado cronista estadounidense Bert Sugar.
Es también, Armstrong, el único en la historia que ha sido simultáneamente campeón en tres categorías, pluma, ligero y welter -con 19 defensas exitosas en esta última división, marca aún vigente-, en los años 37-38 del pasado siglo.
La primera de las 3 coronas la conquistó en seis rounds ante Petey Sarron, quien era campeón pluma, el 19 de noviembre del 37, título que nunca expuso y que abandonó al subir de peso. Ese año disputó la increíble cifra de 27 encuentros y venció en todos por KO, excepto en uno: Aldo Spoldi aguantó estoicamente los 10 capítulos programados.
Luego se adueñó de la faja welter (más de 63,503 kg o 140 libras y menos de 66,678 kg o 147 libras) con una decisión en 15 ante Barney Ross, en mayo del 38. En agosto del mismo año se quedó con el cinturón de las 135 libras con victoria sobre Lou Ambers en 15 rondas, en el llamado templo del boxeo, el Madison Square Garden neoyorquino.
En 25 exposiciones de sus fajas solo fue vencido tres veces: en la revancha que otorgó a Lou Ambers en agosto del 39, por puntos, en la que aquel recuperó el cetro ligero perdido en 15, también en agosto del año anterior, ambas refriegas en el Garden. Fritzie Zivic fue el otro que lo derrotó, una vez por decisión en octubre de 1940 para quitarle el trono welter y la otra en enero del año siguiente, ahora por KOT12, las dos en Nueva York. El 26/10/42 Armstrong tomó desquite de Zivic por decisión, en el año 42, en pelea no titular realizada en San Francisco.
Inicio desalentador… y luego brotó la clase
El debut del joven Armstrong el 27de julio de 1931 imposibilitaba presagiar que alcanzaría mayores alturas en la profesión que eligió para salir de la pobreza de sus años infantiles y adolescentes en San Luis, en una familia en la que fue el 11° de 15 hermanos.
En efecto, el estreno no pudo ser peor: quedó en la lona a los 2:37 del tercer episodio frente a un sujeto de nombre Al Iovino, en Pensilvania.
Ese mal día subió al ensogado como Melody Jackson, su verdadero nombre, que cambió luego por el que usó e hizo famoso en sus largos años de dar y recibir golpes y en los cuales dejó un balance impresionante de 151 triunfos (101 por KO.), 21 derrotas (2 por ko) y 10 tablas.
Apodado “Homicida Hank” y “Huracán Henry”, Henry Melody Jackson Jr., esto es Henry Armstrong (Columbus, Mississippi, 12 de diciembre de 1912-Los Ángeles, California, 23 de octubre de 1988), se caracterizó por su ritmo de pelea siempre agresivo, por lanzar golpes sin pausas, tal si fuera un remolino a más de poseer una resistencia granítica, de hormigón. Su calidad brotó a borbotones luego de su cuarta pelea (ganó la segunda y perdió las dos siguientes, con Eddie Trujillo y Al Greenfiel.
A partir de allí tejió una ristra de 12 triunfos seguidos y otra de 11 después de perder decisión con Tony Chávez y una tercera cadena se alargó hasta los 46 éxitos consecutivos, 38 antes del límite, entre 1937-39.
En sus 182 actuaciones resaltan en especial las que sostuvo contra enemigos de renombre tales como Barney Ross, Fritzie Zivic, Lou Ambers, Ceferino García-ante este filipino buscó el fajín mediano, pelea que empató aunque la mayoría le vio ganador. Habría sido su cuarto reinado en 4 divisiones-, los mexicanos Alberto (Baby) Arizmendi (le ganó 5 de 5), Juan Zurita y Roberto “Chango” Casanova. Y, por supuesto, Robinson, quien le venció a los puntos en el Madison en una electrizante batalla a 10 vueltas montada el 27 de agosto del ‘43.
Agobiado por el largo y exigente camino andado, luego de superar una severa crisis de alcoholismo y de hacerse pastor bautista, colgó los guantes en febrero de 1945 después de caer por decisión ante un oscuro rival de nombre Chester Slider.
Por un tiempo trabajó como árbitro. Pero luego se mantuvo de bajo perfil, afectado de una falla en la visión y de demencia senil. También se dedicó a enseñar a pelear a jóvenes de su barriada. Falleció por una insuficiencia cardíaca, en Los Ángeles, California.
Tiene un nicho en el Salón de la Fama de Canastota desde 1990 y su nombre está en el Paseo de la Fama de San Luis, Missouri. Es absolutamente irrefutable que pocos como “Homicida Hank”, han aportado tanto lustre al boxeo como él.