En tiempos como el de ahora, cuando el invicto vale tanto y una derrota puede ser determinante para un peleador o peleadora, es importante darle protagonismo a la carrera de una boxeadora como la mexicana Erika Cruz.
La semana pasada cayó por decisión unánime frente a Amanda Serrano y ya no es la campeona de la World Boxing Association (WBA), pero resulta curioso que, a pesar de eso, tras su presentación en el Madison Square Garden, de Nueva York, en lo que fue una guerra, hayan llegado muchas cosas para la guerrera de Ciudad de México.
Las tarjetas dijeron que perdió, pero Cruz está bastante lejos de ser una perdedora y así lo percibe el mundo del boxeo. Subió al ring y dio todo lo que tenía, regaló al público una de las mejores peleas del año, hasta el momento, contra una rival legendaria como Serrano y demostró estar a un alto nivel competitivo.
La sangre en su rostro y la sangre en la cara de Serrano le agregaron dramatismo a una pelea que estuvo llena de intercambios y en la que se notó la disposición de ambas a hacer lo que fuera necesario para quedarse con el triunfo. El boxeo femenino ha transitado un camino difícil y las oportunidades que han recibido no han sido tantas como quisieran sus protagonistas, pero peleadoras como Cruz se han encargado de aprovechar cada oportunidad recibida.
Protagonizar un combate en el Garden es una gran responsabilidad, pero ambas supieron llenar las expectativas y eso abrirá las puertas a más féminas en planes estelares para el futuro.
Cruz se preparó a conciencia, como siempre, y gracias a su trabajo se ha ganado un puesto en la élite del boxeo. Ya había dado el aviso cuando venció a Jelena Mrdjenovich para convertirse en campeona y este combate con Serrano fue una consolidación a pesar de la derrota.
Sus habilidades sobre el ring se combinan con una fuerte personalidad, un enorme sentido humanista, que muestra día a día en sus labores como Policía Federal, y una ética de trabajo que la han ayudado a ser mejor cada día.
La reconocida funcionaria es un ejemplo para el cuerpo policial y una embajadora de éste en el mundo. Motivo de orgullo para sus compañeros y sus familiares, ahora una figura en el ámbito mundial gracias a lo que ha hecho sobre el ring.
Decía el promotor Eddie Hearn tras el combate entre Cruz y Serrano que, el futuro de la mexicana es brillante y que grandes oportunidades le seguirán llegando. Oportunidades que nadie le va a regalar, se las ha ganado ella misma.
Cruz ha demostrado una vez más ser una ganadora en todo el sentido de la palabra y los aficionados quieren seguirla viendo en las grandes veladas. En la noche del sábado pasado, Serrano hizo historia al convertirse en la campeona indiscutida y seguir aumentando su leyenda, pero no hubo perdedora. Hubo historia.