“Al mejor cazador se le va la libre”, consagra un antiquísimo proverbio. A mí (y ofrezco excusas por el ególatra y petulante uso de la primera persona del singular) se me fueron no una sino cuatro de un tirón, en el reciente y extenso trabajo sobre la prominente presencia del boxeo mexicano en el ámbito universal de dicha disciplina deportiva.
Esas cuatro liebres que se me escaparon tienen nombre propio. Son cuatro reales ases de la baraja, a los que omití en el recuento que escribí casi de memoria, recurriendo solo a The Record Boxing Books, edición 1998, volumen 15, una enciclopedia que habitualmente me sirve de útil apoyo al momento de procurar ubicar datos biográficos de un determinado púgil. Y esa memoria de que hablo me jugó ahora una mala pasada que me llevó a dejar de lado, por supuesto que sin querer, la mención a sobresalientes peleadores aztecas, que sembraron su indeleble huella en el cuadrilátero en tiempos lejanos, de unos 40 años hacia acá, entre ellos la cuarteta que integran Guadalupe (Lupe) Pintor, José “Pipíno” Cuevas, Vicente Saldívar Y Salvador (Sal) Sánchez, ilustres nombres del deporte de los guantes y de los golpes que tantos millones de seguidores tiene repartidos por el mundo.
Todo lo dicho explica el porqué de esta corta nota, que ofrezco no sin antes reiterar mis excusas por el lamentable olvido. Sigo con ellos, muy escuetamente:
Empecemos con Guadalupe (Lupe Pintor, “El Grillo de Cuajimalpa” y “El Indio”, quien vio acción entre 1974-95, campeón gallo CMB y que peleó también discreta y cortamente en supergallo, cuyo registro final fue de 56, 41 por KO, 14 fracasos, 7 antes del límite.
Sitio especial merecen tres excepcionales astros, tales son José “Pipino” Cuevas, Salvador Sánchez y Vicente Saldívar, campeones mundiales welter el primero y plumas los otros. Cuevas, dueño de una demoledora pegada, conquistó la faja AMB de las 147 libras con un KO en 2 rounds al puertorriqueño Ángel “El Cholo” Espada, a quien destronó y le fracturó la mandíbula el 17-7-76-otros cuatro o cinco rivales de “Pipino” terminaron igualmente con lesión mandibular-, cuando tenía 18 años y 7 meses, el más joven de su país en llegar a la cima, en la versión AMB. ”Pipino” hizo 12 defensas, de las que ganó 11 por KO, 2 de ellas al mismo Espada, antes de ser destronado en Detroit por el entonces apenas conocido Thomas Hearns, en 2 tramos, cuatro años después de su consagración. Hoy dueño de un restaurante y de una empresa de seguridad, declinó después del choque con Hearns y se fue con 35 y 31 por KO9-15 y 6 por KO.
Saldívar, llamado “El Zurdo de Oro”, peleó entre 1961-73. Tuvo marca de 37 ÉXITOS con 26 nocauts y 3 derrotas por igual vía. Reinó en pluma para la AMB por corto tiempo y en el CMB desde el ´65 al 70, cuando cayó ante el nipón Kuniaki Shibata. Por su parte Salvador Sánchez parecía predestinado, por sus cualidades sobre el encordado, a ser uno de los más grandes peleadores de cualquier era, pero a los 23 años falleció en un accidente de tránsito cuando conducía a gran velocidad, el 12-8-72. Apenas 22 días antes había conservado el fajín frente al ghanés Azumah Nelson por KOT en 15 rounds. Su triunfo más resonante lo logró frente al boricua Wilfredo “Bazoka” Gómez, a quien noqueó en 8 tramos el 21-8-81 en Las Vegas, Nevada, en defensa del cinturón CMB. A su muerte tenía récord de 44-1-1, 32 KOS y un futuro que parecía tener solo al cielo por límite.
Ahora sí ya me siento más tranquilo, profesionalmente, a los ojos del gran jurado que conforman los lectores, luego de haberme enmendado la plana.